“¿Por qué los medios de comunicación les dan más lugar a las noticias en las que las mujeres son las violentas?», se pregunta Mariana Iglesias, Editora de género de Clarín.
Creo que no resiste demasiado análisis su pregunta, Mariana, cuando supera la decena las muertes de niños en manos de sus madres en el mes de noviembre 2021 y sospechosamente, de manera selectiva, el gran diario argentino no publicó ni la mitad de esos casos. ¿Será gracias a la esmerada labor de su editora de género? ¿Hay en algunos medios la intención de ocultar algunos crímenes según el sexo del criminal? Desconocemos.
El morbo y la frecuencia con el que los medios periodísticos cubren los hechos, es un tema que escapa al análisis que usted pudo realizar. Podríamos intentar llegar a una conclusión tras un debate, si su nota no estuviera plagada de inexactitudes y mentiras que nos vemos obligado a responder primero.
Según sus propias palabras:
«Desde hace años hay mujeres que denuncian que sus hijas e hijos fueron abusados por sus padres. Se las llama «madres protectoras», y en muchos casos deben enfrentar a un Poder Judicial que no les cree y hasta les saca a sus niños para revincularlos con los padres denunciados».
Y nosotros no lo negamos. También luchamos contra el Poder Judicial. Somos madres, padres, abuelos, abuelas, tías, hermanos protectores, que luchamos contra TODAS las formas de maltrato infantil. Es necesario Mariana, que comprenda (y ellas también), que no estamos contra las madres protectoras. Estamos contra todo aquel que utilice las herramientas de la justicia de manera vil, para sacar ventaja en un proceso judicial. Así como se afirma que quizás algún violento se esconde tras nuestras banderas, sería interesante que se plantee usted la posibilidad de que alguna falsa denunciante pueda esconderse tras las banderas de las madres protectoras.
“Antes era fácil para los padres violentos: la «patria» potestad era de ellos, no se escuchaba a los niños o se decía que mentían. Cuando esos argumentos se volvieron insostenibles se inventó el Síndrome de Alienación Parental (SAP), o interferencia parental, para acusar a las madres de «fabuladoras».
Si bien el SAP no existe, ya que no es una enfermedad registrada en los manuales, el fenómeno de la manipulación del apego infantil en separaciones es de público conocimiento y ampliamente registrado en bibliografía académica y científica. Hasta «Doña Rosa» sabe que hay casos donde «le queman la cabeza, pobre nene». Lo que buscamos, Mariana, no es acusar a las madres de fabuladoras como usted sostiene, sino describir una problemática que sufren los chicos. ¿Hay abusadores que intentan escapar a su pena a través de invocar el SAP? La respuesta es SI. Pero para una investigación rigurosa y un sistema pericial serio, las diferencias entre la manipulación infantil y la existencia de síntomas y señales de abuso o maltrato son abismales. Quizás por lo que deberíamos luchar juntos es por mas peritos y mejores pericias, ¿no cree?
Antes, y ahora Mariana, los violentos (y violentas) encuentran en el entramado judicial un terreno fértil para lastimar a sus ex a través de las infancias. Los niños no eran escuchados antes, y casi no son escuchados ahora. Por eso luchamos Mariana. Porque ante la denuncia de cualquier tipo de maltrato (incluyendo el maltrato hacia sus madres, por supuesto) ese niño sea escuchado en menos de 48 hs por un profesional de la salud mental. Porque exista un dispositivo de contención pericial y escucha a ese niño, sostenido en el tiempo, más allá de la denuncia. Una figura que acompañe su proceso judicial, del que casi seguro salga profundamente herido, más allá del maltrato con el que arriba al mismo.
Es interesante que mencione la interferencia parental, porque a diferencia del SAP, ésta sí está reconocida en el CIE-11 (manual de la OMS para nomenclar las enfermedades) y en el DSM-V. Desde Infancia Compartida negamos la existencia del SAP por no tratarse de un síndrome. Lo que es imposible negar, Mariana, es la existencia de la manipulación de los niños en los procesos de separación conflictiva. Manipulación que les provoca severos daños en su psiquis, muchas veces irreparables, al igual que un abuso o maltrato físico.
No tiene por que saberlo, ya que es periodista y no está especializada en el tema, pero existen miles de publicaciones que hablan sobre la manipulación del apego, los conflictos de lealtades y la alienación infantil. Muy anteriores a Gardner. Basta revisar a Lacan y Winicott, entre otros. Resulta absurdo plantear que un niño no puede ser manipulado por un adulto, así como resultaría absurdo negar que un violento puede manipular a su víctima. Esto último es algo que lamentablemente vemos de manera frecuente en los casos de violencia de género, cuando alejan a las mujeres de sus amistades, de su familia, las callan o les hacen pensar que es su culpa ese cachetazo.
Para terminar este capítulo sobre manipulación, podríamos hablar de los abusadores sexuales, que a través de engaños, mentiras y amenazas logran mantener a sus víctimas en silencio.
No negamos el abuso sexual, no defendemos abusadores ni violentos. Somos víctimas también, de otro tipo de violencia. Estamos del mismo lado que usted Mariana, luchando contra perversos, intentando mejorar un sistema en deuda, sobre todo con la infancia.
“A diferencia de las madres protectoras, los padres judicializados sí tienen prensa.”
Lamentamos que las madres protectoras no tengan mayor prensa, apoyamos su lucha, por supuesto. Lo que no se entiende es por qué atacan la nuestra, que busca un horizonte compartido al de las madres: la protección integral de la infancia. En la polarización ciega que usted y muchas otras personas plantean, fanatizadas, solamente pierde la infancia.
Es cierto que comenzamos a tener más prensa últimamente. Estamos más organizados, mejor preparados, reventados de dolor por la injusticia. Y pareciera que eso le molesta, Mariana. ¿Será por lo que usted plantea? ¿O será que los desastres acaecidos en los pasillos de los tribunales de todo el país son demasiados y ya no pueden ocultarse bajo la alfombra?
«La discriminación contra el hombre existe, y en la mayoría de los países occidentales supera a la de la mujer«, dicen en un comunicado.”
Esto ultimo Mariana, ya es una mentira manifiesta. Jamás realizamos esta afirmación en ningún comunicado, porque nuestra lucha es por la infancia, no por los adultos. Aunque hay profesionales como Roxana Kreimer, que sostienen afirmaciones del estilo. Si le interesa instruirse sobre la discriminación a los varones, le recomendamos que la siga.
“La violencia de género contra mujeres y niñas es sistemática y hay innumerables investigaciones y estadísticas que lo demuestran”.
Absolutamente de acuerdo, nada que discutir, Mariana.
“Infancia Compartida dice que hay 10 veces más hombres asesinados que mujeres. No aclaran que al 99% los mata otro varón. Nombran a Alejo, asesinado por su pareja. Pero omiten a las más de 3.000 mujeres asesinadas en la última década.”
Le repito Mariana, jamás dijimos esto, la invito a publicar una sola captura de pantalla, link o declaración en la que infancia compartida hable del tema. Simplemente no es nuestra lucha la violencia contra los hombres o las mujeres, salvo que sean niños. Desde ya, repudiamos toda forma de violencia, porque la gran mayoría de nosotros fuimos o somos víctimas de ella. El tema es que no tiene ni la más remota idea del dolor que provoca estar alejado/a injustamente de nuestros hijos.
La reflexión a la que vamos llegando Mariana es: ¿Por que miente sobre Infancia Compartida con el poder de fuego del diario de mayor llegada nacional? Será materia de reflexión en los días que siguen, mientras evaluamos las acciones legales que le corresponden por difamación si no habilita nuestro derecho a réplica.
“Nombran a Lucio, el nene de 3 años asesinado por sus dos mamás. No nombran a los cientos de niños asesinados por sus padres para vengarse de sus madres. Se llama violencia vicaria o femicidio vinculado. Tiene nombre porque es un delito sistemático.”
No negamos la violencia vicaria, Mariana, muchas de las mamás que integran nuestros grupos de whatsapp la sufren. La instrumentalización de los juzgados, de un hombre hacia una mujer para separarla de sus hijos, también es violencia de género. Es muy extraño, casi ingenuo o infantil, que niegue que puede pasar al revés. La obstrucción de vínculos a partir de las denuncias falsas, a pesar de que aún sigue siendo un sufrimiento mayoritariamente masculino, es un fenómeno que afecta cada vez a más mamás. Tres de cada diez casos, según nuestra base de datos. Y ya que le gustan tanto las estadísticas, la invito a compartir de dónde obtiene los números de violencia vicaria en Argentina (dice que hay cientos), porque en nuestro país, lamentablemente, no se relevan estadísticas sobre los infanticidios ni los filicidios (algo que venimos reclamando por cierto). Como le contamos más arriba, venimos intentando recoger los datos de este nefasto accionar a partir de la ola de filicidios cometidos por mamás en noviembre del año pasado (15 según nuestro recuento). Otro factor a señalar en la inexactitud de su texto sería que no señalamos esa Violencia, cuando un breve paseo por nuestro twitter y nuestras redes le permitirían ver que compartimos los casos de Violencia contra la infancia, sean padres o padrastros los perpetradores de dicha Violencia.
La invito a pensar, Mariana: ¿No deberíamos dejar de fomentar la grieta de géneros (por muchos ejemplares que venda y likes que genere) y poner los problemas sobre la mesa con honestidad, libre de fanatismos que atrasan y sin mala fe? No importa si es hombre o mujer quien abusa, no importa si es hombre o mujer quien maltrata, no importa si es hombre o mujer quien miente en un estrado. Debemos unirnos para cambiar esta terrible realidad.
“¿El periodismo debe contar todas las historias? Sí. claro que hay mujeres y madres violentas. Lo inconcebible es que se les de un lugar inversamente proporcional a lo real.”
Nuevamente cuestiono su indignación, ya que la cobertura de la violencia femenina bajo ningún concepto supera a la masculina. Una prueba de esto es que los medios (el suyo incluido) cuando nos contactan nos piden historias de madres o abuelas, porque los padres obstruidos “no venden”. Quizás deberíamos plantearnos la participación y el aporte de cada uno a la violencia de la sociedad. Plantear una grieta, regar y abonar un enfrentamiento, donde no debería, Mariana, es violento.
Lo real, según lo que plantea su nota, es un producto de su subjetividad. Pero vengo a aportarle que desconoce fenómenos, cifras y bibliografía para poder atribuirse el panorama de lo “real” mas allá de su subjetividad.
La invito a conocernos, a dialogar. A mirar a Damián de Santo, Cecilia Dopazo, Gastón Recondo y Roly Serrano hablar de su dolorosa infancia en el ciclo ATRAPADOS. Para que vea cómo sufrieron el conflicto de lealtades que la tumultuosa relación de sus padres les generaba. Para ver cómo “odiaban sin justificación” al progenitor no conviviente, en ese fenómeno que señala que no existe.
“Será por aquello de que es noticia lo raro, o por puro machismo. Será por eso también que esas notas nunca tienen contexto*.
*Siete de cada diez abusos contra niñas y niños son intrafamiliares. Sólo el 1% tiene condena.”
Las cifras que aporta pueden ser ciertas, y nos indignan tanto como a usted, porque señalan lo mismo que nosotros afirmamos: El poder judicial funciona mal.
Tengo algo para aportarle. La cifra que comenta está extrapolada de un informe de UNICEF, y es a nivel mundial, no en Argentina. Los números locales rezan que de cada 100 denuncias de violencia, 20 terminan en condena. De las 80 restantes, probablemente muchas sean verdaderas y los responsables escapen a la justicia que les corresponde. Así como quienes denuncian falsamente, no neguemos esa porción de la realidad. Lamentablemente, cuántas de esas 80 denuncias eran falsas y cuántas “zafaron” de una condena, no lo sabemos. El poder judicial esconde bajo la alfombra esos datos, porque si no hay número, no hay problema. 2 de cada 3 denuncias en el marco de separaciones conflictivas son falsas, señala Marta Albarracin, Directora de proyectos del Conicet sobre maltrato, abuso y su prevención.
Si comprendiera que el fenómeno de la denuncia falsa hoy por hoy está generando víctimas y violencias colaterales: mujeres que no son atendidas porque el botón de pánico lo tiene quien no lo necesita, denuncias reales sepultadas bajo montañas de expedientes sin sustento en juzgados desbordados, niños separados de su familia injustamente por un acto que lleva 15 minutos en una comisaría, pero años de comprobar en un juzgado y una vida para sanar (cuando se puede) para un niño, probablemente dejaría de defender postulados parcializados y cargados de preconceptos. De ambos lados de la grieta que lamentablemente propone su nota, hay dolor. Nosotros empatizamos con el que usted menciona, usted, menosprecia y ataca el nuestro.
Le pido Mariana, que abra la mente, que comprenda que no hay grieta, que queremos la erradicación de la violencia hacia la infancia, la mujer y el hombre. Que proponemos mejores herramientas para la separación conflictiva y castigo para los y las violentas.
¿Por qué miente la periodista? No lo sé realmente, nos encantaría poder hablar con ella y averiguarlo, probablemente se de cuenta de que su discurso atrasa y que no luchamos por cosas distintas.
Hablando de contexto, Mariana. Violencia es mentir. Y lamentablemente en tu nota Clarín Miente.
accedé a la nota original acá
Una respuesta con mucha altura.
Clarín MIENTE
En las redes sociales de Infancia Compartida la mayoría son mujeres. Es cualquier cosa lo que dijo esa «periodista»
“Lo dijiste todo” . Impecable .
Que excelente respuesta por favor, nada mas para agregar.
Un lujo la respuesta, mucha jerarquía
Quisiera que se conceda el derecho a réplica
Excelente respuesta. Un gran número de medios de comunicación en vez de informar opinan y emiten juicios de valor según sus creencias e intereses.
Esperemos den un derecho a réplica.
[…] vez más, como hicimos a fines de febrero, revisaremos párrafo a párrafo sus palabras, para no dejar lugar a dudas sobre nuestras posturas […]
[…] vez más, como hicimos a fines de febrero, cuando solicitamos derecho a replica por su primer artículo difamatorio y no lo otorgó (en donde […]