Lucio Abel Dupuy, Interrogantes sin Respuesta.

1.- ¿Qué es la Justicia?

En contra de todo sentido común, el expediente de Lucio constituye el primer error en una cadena de Horrores Institucionales. 

Cuando Lucio cumplió tres años, producto de la separación de sus progenitores, fue necesario responder: “¿Quién será responsable de sus cuidados y sano desarrollo?” 

Luego del ofrecimiento de la familia paterna ampliada y los estudios socio ambientales pertinentes solicitados por la Justicia, se determinó que serían los Tíos Paternos quienes llevarían adecuadamente las tareas de cuidado, protección y crianza. 

Así fue hasta que Lucio cumplió cinco años y tras una ausencia en la vida del pequeño que duró dos años, la madre retornó al centro de vida de Lucio y solicitó ser la responsable de esas tareas. Esto generó “desencuentros” con la familia paterna, incluyendo denuncias, amenazas y escándalos varios; ya casi un cliché a estas alturas en las conflictivas intrafamiliares de la sociedad actual.

La Justicia, a través de la Jueza Ana Clara Perez Ballester resolvió esos desencuentros homologando un acuerdo entre partes y certificando que serían la madre y su pareja, las nuevas responsables de la cotidianeidad y desarrollo de Lucio. 

Pero en esta oportunidad, decidió omitir la necesidad de realizar estudios socio ambientales o de ningún otro tipo. Sin seguimiento.  Nuestro primer interrogante sin respuesta hasta el momento es: 

¿Por qué? 

¿Por qué no se realizó un proceso de investigación por parte del juzgado respecto a cómo sería la calidad de vida de un niño cuyo desarrollo es reclamado por uno de sus progenitores, tras dos años de ausencia? 

¿En qué momento pasó a ser Lucio para Lopez Ballester, un producto, parte de un acuerdo, un bien mueble, un contrato, un intercambio? ¿En qué momento dejó de ser “sujeto” de derecho a ser protegido integralmente? 

2.- ¿Quién juzga a los jueces?

El Jurado de Enjuiciamiento o Jury es el tribunal a cargo del control y sanciones de los miembros del Poder Judicial. 

La jueza López Ballester enfrenta hoy la posibilidad de un Jury de Enjuiciamiento que investigará su accionar en el caso Lucio y determinará si será o no removida de sus funciones, además de si debe o no recibir sanciones por su accionar.

¿Por qué no se realizó un informe socio-ambiental que describa y analice dónde y con quiénes iba a vivir Lucio, tal como se realizó cuando fue a vivir con los Tíos Paternos? 

¿Por qué “no se informó, ni se citó a testigos”; “no se escuchó al menor”; “no fue abordado desde el Juzgado por un equipo de profesionales” y “no se notificó al padre del menor, que tenía el cuidado personal compartido y la responsabilidad parental”? 

Esos son algunos de los interrogantes que formulan los legisladores Martín Ardohain y María Laura Trapaglia, con el acompañamiento de Matías Traba y Eduardo Pepa en su solicitud de Enjuiciamiento.

A esta solicitud y por el mismo interrogante, se le suma la denuncia de la ONG Más Vida por “incumplimiento de los deberes de funcionario público” y otra potencial solicitud de “Jury” por parte de la diputada provincial y precandidata a vicegobernadora por el peronismo, Alicia Mayoral.

Los indicios de violencia comenzaron apenas a los 2 meses que la Jueza constituyó a la madre como nueva responsable. ¿Cuánto horror se hubiera evitado si se hubiese implementado un estudio socio ambiental con seguimiento y un psicodiagnóstico para todos los actores vinculados a la nueva realidad del pequeño, al menos, las mismas pericias que se solicitaron cuando se le otorgaron los cuidados a la familia paterna?

¿Por qué nada de todo esto fue implementado? ¿Que llevó a la Jueza Lopez Ballester a resolver mecánicamente de esta manera? Los interrogantes se multiplican. Las respuestas faltan. Las hipótesis sobran. Algunas no serían muy complejas de comprender, pero políticamente muy incorrectas de desarrollar. 

3.- ¿Qué está sucediendo hoy en los Juzgados de Familia?

Es importante que evitemos el facilismo del “chivo expiatorio”. Solo por ejemplificar tres filicidios ocurridos en el contexto de obstrucción y vulneración de vínculos, nombramos a Mateo, Milo, Zoe… a cargo de tres Juzgados y Jueces distintos.

Decisiones como la de López Ballester, apáticas, irresponsables y livianas, se replican por mil, todos los días, en juzgados a lo largo y ancho de nuestro País, aunque sin llegar a tan fatídico destino. Sin embargo, justamente por ello, estos miles de errores permanecen invisibilizados pero ejerciendo todo tipo de daños, vulneraciones y violencias sobre las infancias judicializadas. 

La Justicia de Familia hoy, no dispone de herramientas ni protocolos de acción necesarios para un debido abordaje según las necesidades de cada expediente que judicializa una infancia. Fallan en el diagnóstico y consecuentemente en el abordaje de las familias en crisis que abordan, fallan en detectar maltratos y abusos, fallan y fallidos; yerran. Lamentablemente “fallan” pero no como deberían, en tanto que un “fallo” judicial de familia presupone sea en sintonía con el Interés Superior del Niño (¡no de los adultos!) y garantizando la Protección Integral que impone nuestra Ley 26.061

¿Qué hace  falta para lograr una justicia de familia más cercana a la realidad de cada infancia? 

…que se interese por las causas y consecuencias generadas por su judicialización; que comprenda el caso por caso y no violente la singularidad de cada expediente, de cada historia, de cada infancia con desidia, burocracia, letra muerta y posiciones ideológicas tomadas de antemano?

¿Hasta cuándo podemos tolerar como sociedad una Justicia de Familia que no tenga como eje rector la Perspectiva de Niñez como una singularidad única e irrepetible, tal como lo es la Identidad de cada NNyA? ¿Qué es lo que falta? ¿Qué es lo que hace falta? 

¿Quiénes son los responsables?

4.- Instituciones en Crisis

La Justicia no supo, no pudo o no quiso ver. Pero tampoco vio la Policía, el Sistema de Salud, ni el Sistema Educativo. 

Lucio ingresó a la guardia en varias oportunidades. Existe un sistema que conecta las historias clínicas de los hospitales. Hubiera sido ideal para detectar los ingresos de Lucio en distintos establecimientos. Pero dicho sistema no estaba en funcionamiento, a la espera de alguna firma política o sello administrativo. Tal vez simplemente nadie se fijó o se atrevió a denunciar. Cualquiera fuera la hipótesis, quedó invisibilizada la agresión a Lucio.Een ningún momento el Sistema de Salud generó una alarma respecto a lo que sucedía en su vida. ¿Por qué?

El ámbito educativo que recibía al niño cotidianamente no detectó (ni siquiera se planteó) un interrogante que proyecte o impulse una investigación. ¿Por qué?

Cierto es que las asesinas lo hacían faltar cuando “se pasaban de mambo” y le dejaban marcas en su cuerpo. Y por las dudas, ante cualquier pregunta Lució se encontraba bajo amenaza, educado para saber cómo responder, con un guión prefabricado que exoneraba a sus maltratadoras. Así, Lucio quedó invisibilizado una vez más. 

Invisible pero audible en su llanto y gritos de las agresoras; lo escucharon los vecinos que hicieron una denuncia que también quedó en la nada; ¿Por qué? La Policía no supo encontrar la dirección, no abrían la puerta, no tenían formación, no les preocupó lo suficiente, no sería tan importante.

Excusas para no enfrentar el horror ni la culpa de haber podido hacer algo para salvar esa historia única e irrepetible que configuraba la existencia de Lucio Abel Dupuy.

Nuestras Instituciones están en crisis, tanto es así, que arrastraron fácilmente el error inicial del Poder Judicial. 

¿Responderá acaso alguno de los responsables que por acción u omisión colaboraron  para que Lucio hoy no esté sonriendo y jugando?

5.- Vínculos.

Los vínculos con la familia paterna de Lucio se vieron vulnerados y violentados desde la intervención de la madre, cuando tenía 5 años. Su Abuela y su Tía pudieron verlo presencialmente por última vez, cuatro meses antes de su muerte en la casa de la mamá, supervisadas por la pareja, no más de 20 minutos. 

Las videollamadas sólo podían desarrollarse mientras la madre y la pareja estaban supervisando de cerca, siempre y cuando se cumplimentara una transacción económica previa. Así, Lució se convirtió en un objeto de cambio transaccional.

De haberse respetado el cuidado compartido y equitativo con ambas familias;  ¿Hubiera sido diferente el desenlace de este expediente? 

Si un equipo interdisciplinario hubiese asistido a la madre y su pareja respecto a sus herramientas para maternar y criar, tanto como se hubiesen preocupado por el vínculo equitativo con ambas familias,  ¿qué preguntas nos podríamos estar haciendo hoy? 

Sin embargo, es ésta una línea de tiempo que ya no existe. Estos interrogantes quedarán por siempre sin respuesta. 

6.- El derecho de un niño a ser oído. ¿Por qué nadie escuchó a Lucio? 

Oír a un niño, en el universo judicial, es en realidad un Acto de Escucha Profesional. Una responsabilidad que puede proteger o matar. 

Porque “oír” puede hacerlo cualquiera; es uno de los sentidos, salvo excepciones, desde el nacimiento. El Acto de la Escucha significa en este caso, una praxis profesional. Los peritos forenses (no todos) se forman años para luego especializarse otros tantos y así poder decodificar la expresión de la niñez. Se necesita detectar tanto lo explícito como lo latente, lo  verbal como lo gestual. Lo dicho, lo escrito y el dibujo. Aquello que se expresa en su Ser y en sus juegos, que puede resultarles difícil poner en palabras debido al desarrollo en progresión de sus herramientas simbólicas para comunicarse.

Esto es importantísimo, porque tanto el saber científico como la Convención Internacional de los Derechos del Niño, señala que el discurso de un menor y su posibilidad de expresión, pueden verse captadas por influencias indebidas de su agresor adulto. 

La dependencia de los propios cuidados personales, capacidades aún en estadio de desarrollo, amenazas, conflictos de lealtades y la perversidad del agresor, son algunos factores que logran afectar la expresión de NNyA. Un niño, como Lucio, puede señalar que se cayó de un árbol cuando en realidad la fractura que exhibe es producto de la golpiza de la novia de su madre. Del mismo modo que un niño que sufre abuso sexual, puede omitir expresarlo por la presión indebida de su agresor. 

Entonces: no se trata simplemente de “oír” y “copiar y pegar” palabras de NNyA. Sino de que los niños sean escuchados por alguien capacitado para escuchar profesionalmente.

Minuto 14:40 .-Toda la Conferencia resulta enriquecedora

Si reducimos el derecho de un niño a ser “oído” a la mera recepción de sus palabras, sin estudiar sus silencios, sus reacciones y emociones, el contexto socioambiental de las personas que lo rodean, sus miedos y dificultades, su espontaneidad y los conflictos vinculares que lo atraviesan, nos quedamos cortos. Le fallamos. Si no existe la ejecución de un Acto de Escucha Profesional, degradamos el derecho a ser oído, en una vulneración más.

¿Por qué nadie  escuchó a Lucio?   

Y quienes lo hicieron; ¿Por qué no lograron nada? 

7.- Aproximándonos al final

Entonces; ¿cuánto habrá influido…

…la amenaza latente de una denuncia a cualquier integrante de la familia paterna que se interpusiera en las intenciones de la progenitora y su pareja; 

…la degradación de la justicia en un fácil instrumento manipulable por los intereses de los adultos que la ejecutan;

…la desidia y el facilismo de los operarios de justicia (“total no son mis hijos”?);

…el colapso que enfrentan los juzgados ante la exponencial judicialización de la familia;

…la falta de aplicación de herramientas de investigación y de escucha que estén a la altura las demandas que presentan los nuevos modelos de familia actuales y la niñez intervenida;

…la impericia policial, del sistema educativo y del sistema de salud;

…lo inimaginable  del horror… hasta que sucede?

8.- La Grieta entre los Géneros

¿Cuánto daño puede generar en la niñez una grieta ideológica entre los adultos?  

Mucho.

Somos la única especie capaz de tropezar dos veces con un “ismo”.

Nuestra cultura hoy propone migrar casi compulsivamente de un mach»ismo» que sí debía ser deconstruido por todo los medios posibles, hacia un femin»ismo» que en parte, pareciera estar repitiendo la exacta misma gramática de degradación y prejuicio que se buscaba sanar originalmente.  La búsqueda loable y necesaria por  la igualdad y la equidad, se transforma casi sin que nos demos cuenta en una nueva oportunidad para atacarnos mutuamente.

Son muchas las veces que desde este infructuoso enfrentamiento sin más sentido que debilitarnos aún más como cultura y como sociedad, tratamos de interpretar el mundo actual. El expediente de un niño de 5 años de edad, Lucio Abel Dupuy, parece no haber sido la excepción.

Hoy los colosos de la comunicación, periodistas, activistas y hasta cargos públicos oficiales, se empeñan en un truco y retruco que recrudece posiciones de odio y etiquetas, que sólo logran enredar en una telaraña, nuestra forma de entender y actuar.

El asesinato de un niño es utilizado para devolverle fanáticamente al feminismo su polarización respecto a quien es el “bueno” y quien es el “malo”, tanto como el feminismo reacciona revalidando el ataque al patriarcado…

…cuando lo único que debemos hacer es parar un poco esta pelota e interrogarnos todos, todas, todes, todxs: ¿Posee la Justicia de Familia de nuestro País las herramientas y protocolos de acción necesarios para comprender la singularidad, urgencia y necesidad de cada una de las infancias que Judicializa, sin violentar su Identidad? 

Nuestra última pregunta,  que permanece hoy sin respuesta es: 

¿Cuánto falta para que todos los discursos que buscan proteger integralmente la infancia puedan unir sus fuerzas para garantizar leyes ya escritas, como la Ley 26061?

¿Qué falta? 

No necesitamos más problemas. No necesitamos más odio. No necesitamos más grietas. Todo lo que necesitamos, es Amor y Profesionalismo.

El equilibrio será protección para la Niñez

Con estos interrogantes a cuestas sin responder, con el dolor de otra infancia vulnerada, sentida demasiado cerca, pues todas las familias parte de Infancia Compartida soportamos la rutina con el dolor de una ausencia en nuestro álbum familiar, pero con la convicción de que el único camino posible es brindar nuestra mejor versión… 

seguimos…

Hacia la Cultura de una #infanciacompartida sana y sin ningún, ningún tipo de violencia.